La mañana comenzaba con el dúo formado por Cuca Ferrá y Pablo de
Marta Montoto continuaba mostrando su colección ?Cachacascán? con propuestas masculinas inspiradas en la estética de las películas mexicanas de luchadores de los 60 y principios de los 70. Calaveras, rayos y cenefas de tonos muy vivos fueron las notas más destacables de esta colección sin demasiada innovación, formada principalmente por pijamas de una pieza y calzoncillos, (aunque se salvaba alguna pieza de corte más fácil de combinar), y mucho afán de protagonismo.
Nora Urkia convirtió la pasarela en un safari africano con los estampados de temática animal que inundaron gran parte de sus diseños. El revival de los 80 que propone la diseñadora se basa en juegos de volúmenes que combina prendas oversize con otras más ajustadas plasmadas en colores verdes, beige y azul cielo. Me encanta el corte trench en gabardinas y blusas, los chalecos tamaño XL y el toque de los accesorios con estampado selvático al que acompañan detalles que imitan la piel de avestruz, también utilizada en algunas prendas. Una sutil vuelta a los 80 en código aventurero.
La diseñadora asturiana Ana Pérez Valdés, al frente del diseño de Valdnad (que en sueco significa fantasma), presentó su colección 'Citius, altius, fortius' que evoca el ideal humano de los nazis, representado en los Juegos Olímpicos de 1936, por lo que la ropa deportiva de los años 30 forma su principal fuente de inspiración. Destacan sobre todo los diseños que recuerdan a los deportes de caza y lucha, de ahí sus macabros complementos compuestos por esqueletos de animales. La mezcla de materiales, en principio irreconciliables en una prenda de vestir, distintos tejidos y efectos metálicos forman piezas en las que el patchwork se convierte en el principal protagonista de una colección marcada por los patrones enrevesados y prendas muy elaboradas. Pieles, algodones, sedas y plumas junto a plásticos y materiales metálicos compusieron esta colección. Me gustó sobretodo el denim inspirado en la estética de las amazonas.
La propuesta del portugués Ricardo Andrez, estrictamente masculina, fue la del sportwear "pijamero" materializada en su colección ?Dreamers? en el que el blanco y el gris se convirtieron en los colores estrella. Sobre ellos destacaron notas de colores flúor en verde, amarillo y fucsia, que junto a patrones desestructurados y algún toque de cuadros escoceses culminaron una colección destacable.
Carlos Doblas, que desde hace dos años compagina su formación en diseño de moda en IADE con su trabajo en Daviddelfin como asistente de diseño, me impresionó especialmente. Una colección inspirada en los años 90, y en la que se reivindica que el traje sastre no es un clásico, conmovió a los asistentes ávidos de nuevos talentos que se atrevan a innovar. La primavera floral en rojo, teja y verde césped, junto con una renovación total en el patronaje del sastre de toda la vida, la maestría en la utilización de la manga perdida, las líneas rectas, y la combinación del negro y plata para la noche bien merecen un voto de confianza en este comienzo que auguro será una carrera plagada de éxitos.
No me dejaron indiferente las propuestas de 36º by Sara Coleman en la que azul tinta se convirtió en el protagonista cromático junto con el negro, el gris y el beige en un segundo plano. El punto grueso, y su sabia utilización de la lana, punto fuerte e hilo conductor de la colección, se fusionan a la perfección con la etérea ligereza de las gasas de seda, los drapeados y el impecable patronaje que siluetea las formas femeninas. Un tándem perfecto que no defraudó.
Una nebulosa repleta de colorido invadió la pasarela de la mano de Amai Rodríguez. Sorprendentes, teatrales, espectaculares, detallistas y barrocas, así fueron sus propuestas que combinaban sabiamente colores, formas y tejidos. Un espectáculo que desde mi punto de vista se debate entre la alta costura y la transgresión creativa, y que sin duda no dejaron a nadie indiferente. De hecho, su gran trabajo y originalidad le hicieron ganar el Premio L'Oréal al Mejor Diseñador Joven.
Por su parte Alberto Tous presentó una colección bastante clásica y repleta de encajes que destacaban en vestidos lenceros en tonos crema, negro y chocolate. Largos por encima de la rodilla en faldas de diferentes volúmenes contrastaban con largos infinitos en vestidos de inspiración griega con un toque renovado. Transparencias, superposiciones y drapeados combinados entre sí ofrecen en algunas prendas las propuestas más innovadoras de la colección.
Finalizaba El Ego de la mano de la diseñadora Andrea Llosa que se decantó por un ligero acercamiento a los años 80 con prendas míticas de la época como los leggings, las lentejuelas que inundaron las mangas de las chaquetas, las cremalleras, las hombreras, en este caso de metacrilato o ligeramente marcadas, y las minis pero en tonos pastel, grises y el blanco, sin duda uno de los protagonistas indiscutibles de la moda que reinará la próxima temporada primavera-verano 2010. Me gustó también el empleo de los flecos, que aportan un movimiento extra a las prendas. Una colección que enmarcaría en un estilo minimalista-ochentero-nude.
Fuente: http://blogs.parasaber.com/fashionandbeautynow/2009/9/28/cibeles-madrid-fashion-week-ego-primavera-verano-2010
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