Los datos son contundentes: los cigarrillos empeoran la calidad de la barrera epidérmica, tienen efectos deshidratantes, disminuyen la oxigenación celular y alteran el colágeno.
Es decir, que además de los pulmones, perjudican también a tu piel. Lo peor es que estos efectos se observan también en los fumadores pasivos que están muy expuestos a los cigarrillos de los demás, por lo que si vive rodeada de malos humos, te conviene poner tu cutis al rescate.
Ahora bien ya tienes más razones para dejar de fumar, pero toma en cuenta que tienes que cuidar tu piel desde dento.
Fuente: http://blogmoda.com/el-tabaco-un-gran-enemigo-para-tu-piel/
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